Aïda Camprubí: L’Ana Brenes i en Jero Férec són mestres dels tablaos, però també de tractar l’amor des de l’art flamenc i l’imaginari queer. Es van conèixer estudiant a l’ESMUC, curiosament durant una simbomba flamenca, i la seva trobada podria ben bé ser una anunciació. Una bona festa per celebrar que amb ells la tradició té continuïtat, sempre que respecti les noves identitats alternatives.

Hola Ana, hola Jero. Bienvenidos.

Ana Brenes: Hola

Jero Férec: Buenas noches.

Aïda Camprubí: Quería empezar ya que hablamos de tradición y de innovar. Vosotros qué creéis que es más complicado, ¿innovar o respetar la tradición?

Ana Brenes: Respetar la tradición, yo creo.

Jero Férec: Bueno es que para mí las dos cosas van de mano en mano, ¿sabes? Uno no puede innovar sin tener un profundo respeto a la tradición y un profundo conocimiento, también. Entonces, o sea, no veo las dos cosas como rama distinta, tampoco.

Aïda Camprubí: Al contrario, se complementa, ¿no?

Ana Brenes: Exacto.

Jero Férec: Claro.

Ana Brenes: Y bueno innovar tampoco significa faltarle el respeto a la tradición, pero sí que seguir unos códigos, bueno seguir un cante tradicional requiere de mucho conocimiento, de haber escuchado mucho, de haber indagado. Es más difícil, creo, indagar en la traición que indagar lo que hay actualmente. Porque también es quizás más inaccesible y nuestro oído quizá hoy en día no está acostumbrado a esas sonoridades que en realidad son como… a mí no me gusta la palabra “pura”, porque creo que en el flamenco todo es mestizaje. Pero quizá está menos contaminado, y tampoco mucho la palabra “contaminado” por qué suena como algo negativo y no es algo negativo. Pero sí que es como más, es más sencillo en ese momento, quizá la gente no tenía televisión, no había... empezaba haber radio y la gente cantaba lo que escuchaba en su pueblo, en su casa y lo que había era lo que…

Aïda Camprubí: Lo que se cantaba.

Ana Brenes: Lo que se cantaba, claro. Entonces, quizás como, como más, más arraigado a la raíz, más de uno, no? Más de verdad, mas de dentro, más de experiencia.

Aïda Camprubí: Y más de sentido.

Ana Brenes: Sí, yo creo que sí.

Aïda Camprubí: En vuestro caso, de hecho, ibais a interpretar una trilla y seguidilla que és un cante además muy complicado y me contabas que vosotros lo habéis estructurado, que respetáis mucho la tradición, cogéis por ejemplo la trilla, ¿no? Que me decías que es una forma de empezar que no se usa muy normalmente.

Ana Brenes: Claro en el cante de alante, no.

Aïda Camprubí: Y vosotros la reutilizáis para innovar, pero cogiendo por ejemplo cosas que vienen muy, muy de atrás, no?

Ana Brenes: Exacto.

Aïda Camprubí: Cuéntame esta forma de entender la música que tenéis vosotros y de innovar en la tradición justamente respetándola de esta forma.

Ana Brenes: Pues nosotros lo que hacemos es quitarle la vuelta a cosas tradicionales. En este caso, la estructura de la sirilla viene a partir de nuestra experiencia trabajando para el baile. Quizás lo que decíamos, que el cante atrás, es cuando se le canta a un bailaor y entonces en nuestra experiencia con el “candi”, el toque de atrás, cuando se hace un baile por seguidilla, se hace una letra por seguidilla, en algún momento dado se pone una tona que puede ser al principio o puede ser en el medio y luego al final lo que se le llama “macho”, se le sube la velocidad. Y entonces entre las zonas que son muchísimas se nos ocurrió coger una trilla porque quizá es uno de los cantes, una de las tonas que menos se usa y sin embargo es, a mí me encanta, a él le gusta muchísimo también, y decidimos ponerla. Y luego además la armonizamos, cuándo es un cante que se hace sin acompañamiento ninguno y sin ritmo, al libitum. Entonces, esa manera del acompañamiento era la manera desde a partir de un cante muy tradicional y muy jondo, darle la vuelta y darle esa cara alternativa y ese sello nuestro.

Aïda Camprubí: Claro. Bueno si no tuvieras ese conocimiento y esos recursos no podríais hacerlo. Entonces sería innovar por innovar y en vuestro caso lo tenéis muy estructurado. Y además de hacer ese tipo de mezclas de estructuras, por ejemplo en tu debut Jero, que se llama ‘El color prohibido’, como el libro de Mishima, conectas el universo queer con el arte jondo y con Mishima. Cuéntame de dónde, o contadme porqué también participas de este álbum, como muchos otros artistas como Elisa Prenda, pues cuéntame cómo has decido mezclarlo y por qué crees que tienen una conexión que hasta ahora no habíamos visto a lo mejor nosotros.

Jero Férec: Bueno, el caso es que yo cuando llegué de Inglaterra a Barcelona para estudiar en el ESMUC, venía de una situación bastante personal, bastante difícil, que había dejado ahí y justo en este momento estaba leyendo ‘El color prohibido’, de Mishima, lo que he encontrado un montón de similitudes entre lo que pintaba el libro y la vida que estaba llevando en ese momento. Yo creo que el flamenco tiene una potencia enorme de expresar emociones difíciles, no? Y de expresar el amor desde un punto de vista menos romantizado, aunque a veces lo hace, no? Y el libro de Mishima pinta el ambiente queer de Tokio de principios del siglo XX y pinta todo lo bonito y todo lo malo. ¿Sabes? El narcisismo, el toxicismo, las emociones tóxicas, sabes? Y es una cosa que veía y sigo viendo en Barcelona. Bueno, haciendo un disco de flamenco quería hacer un disco desde mi experiencia y porque no pretendo ser un guitarrista hetero, no pretendo ser guitarrista español, ni andaluz, ni gitano, aunque tengo esos hablares. Quiero expresar el flamenco desde mi experiencia y como lo que pintaba Mishima para mí era como un puente, entre los dos mundos. Y me hizo como…

Aïda Camprubí: Conectarlo.

Jero Férec: Exacto.

Aïda Camprubí: Cuando lo cuentas veo mucha relación entre el flamenco, cómo se ve la muralla, cómo describes el amor, también universo queer y lo que contabas de Yukio Mishima. Y bueno a pesar de ser de Londres, que has estudiado con muchos maestros españoles y llevas aquí bastante tiempo, estás súper bien. Ana me decía que, por ejemplo, lo que hacéis vosotros como equipo conjunto, vuestro proyecto personal tiene mucho que ver con el cante y el arte de Utrera, que además tú tienes una conexión muy bonita ahí. Cuéntanos, Ana.

Ana Brenes: Bueno, el caso es que mi padre es de allí y es como la banda sonora de mi vida. En mi casa siempre se han escuchado Fernanda Bernarda, Bambino. Bambino es uno de mis mayores referentes porque es un cante... bueno, es que la gente no sabe si llamarle cantaor, cantante, pero porque no se metía en el cante jondo, pero para mí ha sido un artista y esa manera, esa pasión que le ponía a cada cante, a cada tema que él hacía, esa manera también de crear… Él fue de los primeros que empezó a meter boleros en el repertorio flamenco también y a mí eso me ha marcado muchísimo. Pero no solo él, luego en cante jondo, pues la Fernanda Bernarda, una reina de la soledad de la bulería, la sirilla también. Y yo creo que lo que empatizo con él también en ese sentido, es que él, independientemente de la estética que pueda tener que no busca ni él, ni yo, no buscamos cosas que no somos, tiene un toque muy tradicional, muy antiguo. Ese peso, esa manera de algunos rasgos sucios, esa esa fuerza en las manos y yo no es que pretenda ser una cantaora de Utrera ni mucho menos, pero sí que por lo menos esa visceralidad los dos la tenemos en nuestra forma. Pero esa manera de sentir, esa atmósfera de que cuando estás ahí cantando, haciendo música, por encima de la técnica, del que suene bonito, es que entras en una verdad. O sea, lo que tú estás cantando en ese momento lo está sintiendo y te duele aquí y si no te duele no saldría algo que sonando quizá alternativo, pero no pierde la pureza. La pureza entendida como cante tradicional, no como algo limpio .

Jero Férec: No pierda el respeto hacia la tradición.

Ana Brenes: Exacto.

Aïda Camprubí: Bueno, es que vosotros estáis introduciendo nuevas identidades en el flamenco. No porqué penséis que hace falta, sino porque vosotros sois estas nuevas identidades y estáis tocando flamenco. Y entonces las incorporáis por qué son iguales….

Jero Férec: Es que no pretendemos que el flamenco no necesite ni nada, simplemente estamos buscando dónde está nuestro lugar dentro del flamenco y cómo podemos utilizar el flamenco en nuestra vida y asociarlo de manera verídica, ¿no?

Aïda Camprubí: Claro. Y mostrar además, dar visibilidad, a colectivos, bueno universos, personas que alomejor no tienen, ¿no? Des del cante, al universo queer, a muchas otras cosas más. Y bueno, cuéntame tú de Ana, con lo que conectas musicalmente y que es lo que te gusta. Por qué ella ha contado de ti, tu manera de tocar fuerte, tu verdad, tu forma de expresar la verdad. ¿Qué es lo que a ti te conecta de ella?

Jero Férec: Pues lo que siempre me ha atraído de Ana es que tiene una forma de ser muy sincera, o sea, lo que ves, es lo que hay. Si está enfadada, si está contenta, si está triste, se le nota en la cara, ¿sabes? Yo, aunque a veces parezco más extrovertido, de hecho voy con cuidado con las personas y con Ana siempre he sentido una energía muy auténtica. Además su forma de cantar le sale natural, ¿sabes?

Aïda Camprubí: Le viene de sangre, decías, ¿no?

Jero Férec: Sí, le viene de sangre. Y bueno en el caso de que tu familia es muy flamenca. Muchísima flamenca.

Ana Brenes: Es que mi familia es para verla.

Aïda Camprubí: Habrá que traerlos la próxima vez. Pues os dejo con la pregunta que dejaron Khaled i Trapani, que és: ¿Qué preferís, si comer pan con Dios o caviar con el diablo?

Jero Férec: Caviar con el diablo, mi amor. Que soy una chica fina. Y amoral.

Aïda Camprubí: Y tú, Ana?

Ana Brenes: Yo es que a pesar de todo lo que conectamos y todo, en eso discrepamos. Yo tengo mi fe, así que yo me quedo con el pan. Yo soy muy humilde. Y lo que decía, el flamenco ha pasado mucho hambre. Así que yo me quedo con el trozo de pan, con Dios y con una guitarra.

Aïda Camprubí: Lo suyo sería mezclarlo, el pan con el caviar. No sé para qué elegir.

Ana Brenes: Además, yo no soy mucho de marisco, ni de pescado, ni de…

Jero Férec: No, no, no… No te gusta el sushi ni nada, ¿verdad?

Ana Brenes: El sushi, sí!

Aïda Camprubí: Porque Mishima…

Ana Brenes: ¡Mishima se lo dejo a él!

Aïda Camprubí: Es broma. ¿Y qué pregunta dejáis vosotros para los artista que vengan la semana que viene? ¿Cuál sería su nombre de drag?

Jero Férec: ¡Venga!

Aïda Camprubí: ¿Cuál es el tuyo?

Jero Férec: Adara.

Aïda Camprubí: ¿Por quién?

Jero Férec: Porque mi primer bolo de drag...

Aïda Camprubí: No, dime por qué persona.

Jero Férec: ¡¡Ah! ¡Por qué persona? Ah! Por Adore Delano o George Delano.

Aïda Camprubí: Nos despedimos con Adore Delano y con Adara y con Ana. Y vamos a continuar viéndolos en concierto a estos palos clásicos que modernizan y con los que incorporan nuevas identidades.

-’Soleá apolá’ -’Lo que has perdido’

Aïda Camprubí: Us deixem amb ‘Tangos del capitán’ que es el seu particular homenatge a Neruda, pero no sense abans recordar-vos que podeu veure el programa al web i al canal de YouTube de betevé i seguir-nos a Facebook, Instagram i Twitter. Ens veiem la setmana que ve.

-’Tangos del capitán’

L’Ana Brenes i en Jero Férec són mestres dels tablaos, però també de tractar l’amor des de l’art flamenc i l’imaginari queer. Es van conèixer estudiant a l’ESMUC, curiosament durant una simbomba flamenca, i la seva trobada podria ser ben bé una anunciació.