MARÍA VASCO, atleta "Yo tenía 10 años, empecé en el año 85/86 y es muy curioso, lo ví por televisión. Estaba viendo un campeonato de Europa, Stutgart y la chica que ganaba los 10 quilómetros marcha era mi vecina Mari Cruz Díaz. Yo siempre digo que fue un flechazo y yo le dije a mi padre: 'papa yo quiero hacer marcha'''. "El de Sidney es algo que se queda ahí para la historia porque hice historia. Después de esa medalla solté muchas lágrimas, solté muchas lágrimas de tristeza, de pena, de no ser reconocida como debería de ser, no?''. "Si a mí hay algo que me ha hecho continuar en la marcha, en esta especialidad, fue la medalla de Osaka en el 2007 porque hubo un antes y un después. Yo estuve apunto de abandonarlo todo en el 2006. Me presionaba mucho y siempre pensaba que era inferior al resto de las rivales que se me ponían al lado. Y en el 2006 cuando empiezo la temporada del 2007 hay un cambio psicológico de María y es cuando me propongo 'si continúo es para estar ahí delante y para no hacerme pequeñita' y así fue". "Para mi era el último campeonato de Europa de mi carrera deportiva porque yo no creo que esté en el siguiente y entonces... es la única medalla que me falta en el medallero, tengo de todas menos europeo y otro año más se me ha resistido y era en casa, era en Barcelona. Fue para mí muy doloroso".

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