"He sido siempre un hombre solitario, no me daba tanto la sensación de que era un indigente era como si yo hubiera decidido, por mi mismo, irme a pasar la noche fuera." "La gente se piensa que te acuestas en tu cama y te despiertas durmiendo en el banco de un parque o en un cajero, pero no es así. Esto fue un proceso de un mes o dos". "La familia, los amigos se quedan con el sentimiento de culpa de que no han hecho suficiente, pero es que no es así, no pueden hacer nada, por que eres tú el que quiere marcharse, eres como un animal herido que se va a esconder." "Necesitaba dinero para vino y como pedir caridad me daba mucha vergüenza empecé a vender, a hacer cuadritos, que vendía aquí a este parque, al parque de la Ciudadela, cuadros de toros de flamencas de edificios de Gaudí para vender a los turista." "La fundación Arrels, me dieron un piso compartido, vi que podía vivir sin el alcohol, entonces ya, surgió la idea de hacer un blog, allí en la sección de difusión. Empecé a poner dibujos y textos." "La repercusión que tenía, no en la gente sino entre los mismos indigentes. Ellos desde dentro ven que al dar yo la cara se sienten identificados."

Des de petit, Miquel Fuster va començar a treballar com a dibuixant d’històries. A finals dels anys 80 però, el sector del còmic va caure en decadència. Una situació laboral que es va complicar amb la personal i això el va dur al carrer. Un dia va deixar ajudar-se per Arrels Fundació i a partir d’aquí va començar la seva recuperació.

La seva millora el va animar a tornar a ser qui era. Va començar a escriure un blog i dibuixar un còmic explicant aquests 15 anys de supervivència al carrer. Ara, l’obra està acabada i l’ha dedicada a tots els indigents: els que han sortit del carrer i els que no han tingut la mateixa sort.